coloniaLab

Criterios

Excepto cuando se especifica una aproximación diferente, cada edición de coloniaLab presenta a la vez una transcripción diplomática y una versión parcialmente modernizada, siguiendo los criterios que se establecen a continuación.

La transcripción de los textos originales

Al transcribir los textos, nos apegamos lo más posible a los documentos originales. Respetamos la ortografía, la puntuación, la división de palabras, y los saltos de línea y párrafo, y reproducimos los tachados de autor y las adiciones interlineales y marginales. La principal excepción tiene que ver con el uso de las letras mayúsculas y minúsculas, que no procuramos reproducir, sino que en la mayoría de los casos, transcribimos con letras mayúsculas iniciales los nombres propios y las primeras palabras de las oraciones.

La elaboración de las ediciones parcialmente modernizados

Al preparar las ediciones de los textos, buscamos presentar versiones accesibles que conserven la morfología, sintaxis y fonología de los textos, pero no la ortografía, que frecuentemente se caracteriza por variaciones que reflejan distinciones fonéticas que eran obsoletas desde hace mucho tiempo antes de la producción de los escritos que editamos. Por ejemplo, la sibilante sorda (como en el sonido de la s en sapo) podía escribirse como ç, z o c (esta última solo antes de e o i); la fricativa glótica (como en el sonido de la j en jarro) como j, x y g (esta última, de nuevo, sólo antes de e o i); y tanto la oclusiva bilabial como la fricativa (como en los sonidos, respectivamente, de la primera y la segunda v en vivir) como b y v. La letra h, que una vez había representado la fricativa glotal, era muda, lo que lleva a su ausencia en lugares donde había sido costumbre (aora en lugar de ahora) y su inserción en lugares donde nunca había correspondido (hordin[ari]o en lugar de ordinario, AHA B72 700-1740, fol. 3r; hedad en lugar de edad, AHA B72 700-1740, fol.4v).

También encontramos en textos de esta época rasgos ortográficos que nunca representaron la pronunciación. Comunes en el español escrito de la época son combinaciones de consonantes como ph (Phelipe), th (thenor, AHA B72 700-1740, fol.4r), qu (qual, AHA B72 700-1740, fol. 4v), ch (monarchia), y gn (lignea), eruditas innovaciones que aludían a grafías clásicas pero que expresaban los mismos sonidos representados tradicionalmente por f (Felipe), t (tenor), cu (cual), qu (monarquía) y n (línea), respectivamente. Estos textos también muestran variaciones en el uso de la i latina (i) y la i griega (y), como en ynquisición (AHA B72 700-1740, fol. 4r) y mui (AHA B72 700-1740, fol. 4r). Encontramos asimismo consonantes redundantes que no tienen trascendencia en términos de sonido, como en cossa (AHA B72 700-1740, fol.4r) y Anttonio. También presenciamos variación en el uso de m y n antes de la fricativa bilabial b/v (embiar en lugar de enviar; enpesando en lugar de empezando, AHA B72 700-1740, fol.4r).

Dado que las distintas opciones ortográficas en cada una de las categorías mencionadas son todas fonológicamente equivalentes, las hemos normalizado según criterios modernos, como es práctica habitual hoy en día en la edición de textos españoles de los siglos XVI, XVII y XVIII. 

Siguiendo la misma lógica, hemos conservado en las ediciones rasgos ortográficos que no son estándar hoy en día pero que sí reflejan el sonido de la lengua en la época. Estos incluyen la variación en las vocales no tónicas (previlegio en lugar de privilegio), la confusión entre las consonantes líquidas (englosar en lugar de engrosar), la presencia de formas arcaicas ahora obsoletas (difinitiva, hoy definitiva, AHA B72 700-1740, fol. 3v), y el uso de las conjunciones coordinantes o e y antes de palabras que comienzan con o e i, donde hoy esperaríamos u y e, respectivamente (o otras en lugar de u otras, e y yslas en lugar de e islas). También conservamos el uso de u en lugar de o ante palabras que no comienzan con o (uno u dos en lugar de uno o dos). Respetamos los grupos de consonantes aprendidos (pt, ct, gn, mn, xc, xp, cc, pc, etc.) donde aparecen en los latinismos (fructos en lugar de frutos), pero cuando no están presentes en los lugares donde hoy los esperamos (satisfación en lugar de satisfacción, AHA B72 700-1740, fol. 3v), no los introducimos.

Aplicamos criterios modernos a la ortografía de los nombres geográficos, siguiendo las reglas establecidas anteriormente, cuando tienen formas que son comunes en español (donde leemos Oriçaba, por lo tanto, escribimos Orizaba). Sin embargo, cuando los textos emplean un nombre extranjero o una versión hispanizada del mismo, respetamos la ortografía original, como en el caso de Petiguao, en referencia al francés Petit–Goâve.

Aplicamos los mismos criterios a los nombres de persona, siguiendo las reglas establecidas anteriormente, excepto en el caso de las siguientes oposiciones: j/x (Xorge Antonio Xaramillo, AHA B72 700-1740, 3) y s/z (Ana Días de la Torre, AHA B72 700-1740, 3r). Respetamos estas variantes porque a menudo reflejan la forma en que las personas escribían sus nombres, y la variación en estas letras es frecuente incluso en el presente (Ximena y Jimena, por ejemplo). Cuando un mismo nombre o apellido se escribe de formas diferentes en referencia a una sola persona en un texto (en AHA B72 700-1740, por ejemplo, encontramos tanto Xaramillo como Jaramillo), regularizamos siguiendo una de las opciones con una nota explicando nuestra decisión.

Con respecto a la división de palabras, seguimos la práctica moderna (so cargo en lugar de socargo, AHA B72 700-1740, 4v) pero respetando el uso de formas contraídas (deste, hoy de este) que ahora son anticuadas. Respetamos la contracción de de él, hoy no estándar, añadiendo el signo diacrítico para mayor claridad (dél). Hemos resuelto todas las abreviaturas y seguido las normas modernas en el uso de la puntuación, los acentos escritos, las letras mayúsculas y la escritura de los números. En casos limitados, también hemos rectificado pasajes que están gramaticalmente incompletos y hemos corregido elementos que consideramos errores claros por parte del autor.

Los títulos de los documentos

Reproducimos los títulos de las obras que las tienen, en forma modernizada según los criterios establecidos en esta página. En el caso de las cartas y los documentos burocráticos seguimos los siguientes formatos: 

"Carta de Francisco de Córcoles y Martínez al rey Felipe V, San Agustín, 28 de noviembre de 1715"

"Autos relacionados con un caso criminal en que una mujer esclavizada fue acusada de hechizar a su amo, Santa Fe de Antioquia, 1713"